Los hallaron en una playa de la costa oeste de Australia
Las autoridades de Australia y Malasia investigaban ayer unos restos que fueron arrastrados a las costas australianas para comprobar si podrían tratarse de partes del Boeing 777 de Malaysia Airlines desaparecido el 8 de marzo. Mientras tanto, el operativo de búsqueda analiza un cambio de estrategia , pero sin suspender los rastrillajes en el océano Índico.
Los restos aparecieron en Augusta, 320 kilómetros al sur de Perth, y son investigados por la autoridad de seguridad en el transporte aéreo (NTSB, por sus siglas en inglés) y el fabricante de aviones Boeing para determinar si esas piezas podrían pertenecer al avión que se esfumó poco después de despegar de Kuala Lumpur con destino a Pekín, con 239 personas a bordo.
Ante la falta de resultados en la búsqueda de los restos del avión y la caja negra, que despejaría algunas incógnitas sobre las causas del accidente, el primer ministro australiano, Tony Abbott, anunció ayer que los investigadores consideraban un cambio de estrategia de búsqueda.
"Quizá debamos reconsiderar la búsqueda, aunque no la concluiremos hasta que no hayamos hecho todo lo posible para desvelar este misterio", dijo Abbott. Según sus datos, la zona de búsqueda es de unos 56.000 kilómetros cuadrados.
La operación fue suspendida ayer por el mal tiempo y se pidió a los tres aviones que habían salido que volvieran a la base. El submarino no tripulado Bluefin 21 recorrió ya el 80% de la zona en la que se cree se estrelló el avión, unos 1700 kilómetros al noroeste de Perth.
Los expertos no descartan que el avión se encuentre a una profundidad superior a 4500 metros, el límite de operatividad del Bluefin 21. Sin embargo, podrían emplearse otros submarinos, como el alemán Abyss, que alcanza hasta 6000 metros de profundidad.