El ex presidente Nicolas Sarkozy se postuló ayer como el salvador providencial que sacará a Francia de su "actual decadencia y desesperanza", provocadas -según él- por dos años y medio de gobierno socialista. "Frente al Partido Socialista (PS) y el Frente Nacional (FN) no tengo otra alternativa que volver a la política", afirmó.

En la primera entrevista televisada que concede desde que dejó el poder, en 2012, Sarkozy demostró que sigue siendo el mismo. Tres días después de oficializar su candidatura a la presidencia de su partido, la Unión para una Mayoría Popular (UMP), desplegó durante 45 minutos el mismo estilo que le valió la antipatía de una mayoría de franceses inmediatamente después de asumir la presidencia en 2007: agresividad, impaciencia y provocación.

Sin decirlo claramente, invocando la necesidad de un nuevo y "gran movimiento político de unión nacional", el mensaje que el ex presidente conservador quiso hacer llegar a los adversarios de su propio campo y de la oposición es que habrá que contar con él y que la presidencia de su partido es sólo un peldaño en su retorno a las máximas responsabilidades del Estado.. (La Nación)