Las celebridades y los deportistas tienen la llave dorada de la confianza social. Al menos en la Argentina , donde, según una encuesta de GfK Group, gozan de una valoración popular que supera el 50%, mucho más que en otros países y muy por encima de otras profesiones. En cambio, los políticos argentinos aparecen últimos en el ranking (15%), superados en el fondo de la lista por los empleados públicos (23%) y los jueces (35%).

Los datos del estudio, sobre una muestra de 28.659 personas en 25 países, confirman una sensación extendida en la Argentina y, por transferencia, explican la obsesiva fascinación de los políticos por los famosos de la TV, como ocurrió con la distinción a Marcelo Tinellicomo figura destacada de la cultura en la Legislatura porteña.

"La desconfianza general de los argentinos en determinadas profesiones tiene su contrapartida en la confianza que ponemos en otras que en el mundo no son tenidas en cuenta, como los actores", expresó Valeria Bellani, directora general de GfK Argentina.

En la lista de 800 personalidades destacadas e ilustres de la cultura desde 1998 que publica la web de la Legislatura porteña, la mayoría son actores y deportistas (sobre todo futbolistas). Y no hay distinción de partidos políticos a la hora de proponer candidatos: hay de Pro, del Frente para la Victoria y de los partidos de la izquierda. Según la lista, antes de Tinelli lo recibieron 245 artistas, 95 deportistas, 65 académicos, 57 defensores de los derechos humanos, 28 científicos, 16 periodistas, 4 religiosos, un empresario y un político. "Nada puede existir sino hay otra cosa que le haga lugar para que exista: la valoración social que hoy poseen las personalidades de la televisión nace del lugar que dejaron vacante otras instituciones", opinó el psicólogo y escritor Eduardo Chaktoura.

El relevamiento de GfK sostiene que en la Argentina existe, en realidad, un alto grado de escepticismo respecto de las profesiones en general. Sólo la mitad de las ocupaciones tradicionales poseen un 50% de índice de confianza, mientras que en el resto de los países superan ese porcentaje. En Sudáfrica, India, Canadá, Indonesia y Estados Unidos ese índice de confianza popular en las profesiones más conocidas se acerca al 80 por ciento. En esas naciones, incluso los jueces emergen entre las 16 ocupaciones más confiables, con un 69 por ciento de aprobación. Los políticos, sin embargo, van a la cola como en la Argentina.

"Ser famoso o exitoso en la Argentina contribuye al nivel de confianza. Futbolistas o personajes del mundo del espectáculo obtienen puestos mucho más altos que en el resto del mundo", afirma Bellani en las conclusiones del estudio de GfK. Los futbolistas ocupan el puesto 10 en la Argentina, mientras que en el resto del mundo están en la posición 24; los actores se ubican aquí en el peldaño 13 de confianza, y en el mundo, en el 25. "Antes de ser periodista fui un futbolista frustrado", dijo Tinelli en su discurso en la Legislatura al recibir la distinción, para que no quedaran dudas sobre su predestinación ultrapopular en la Argentina: era uno u otro. "Gabriel García Márquez siempre lo dijo: lo que a mí me ha sustentado, me conmueve y me motiva es la cultura popular", expresó el conductor de televisión frente al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Este hecho político provocó todo tipo de críticas y opiniones sobre la legitimidad de Tinelli para recibir una distinción cultural de estas características. Pero vale recordar que Tinelli ni siquiera fue el primero de su programa en ser "destacado como personalidad de la cultura". El humorista Martín Bossi ya lo había recibido, la bailarina Mora Godoy también, y hasta Gerónimo Rauch, ex integrante del grupo Mambrú, entre otros... O sea que queda bastante clara la intención política de contagiarse algo de la confianza social de los famosos o deportistas antes que impulsar con este tipo de reconocimientos un acontecimiento cultural puro.

"Una cosa es reconocerlo a Tinelli como productor de entretenimientos televisivos exitosos y premiarlo por alcanzar los más altos niveles de rating en sus programas. Otra cuestión es considerar la calidad de sus propuestas. Y la tercera es reconocer que lo que hoy necesitamos es otro ideal de cultura en nuestros dirigentes políticos, porque la homologación del éxito a la cultura implica un peligroso reduccionismo", consideró el filósofo y pensador Santiago Kovadloff.

Entre las distinciones y reconocimientos que el gobierno porteño está habilitado a otorgar por ley, la de "personalidad destacada de la ciudad de Buenos Aires" es una de las más fáciles de obtener. Se requiere sólo que el candidato no haya "cometido crímenes de lesa humanidad en cualquier parte del mundo" ni "ejercido e impartido órdenes de represión durante las dictaduras militares en nuestro país" y que el proyecto que lo destaca por encima de otros ciudadanos sea aprobado por la mayoría simple de los legisladores presentes en el recinto el día de la votación. Así lo dispone la ley de honores del gobierno porteño (N° 578), de mayo de 2001, en la que se instituyen, además de personalidad destacada, las distinciones de visitante ilustre, huésped de honor, ciudadano ilustre, medalla al mérito y diploma de honor al valor o arrojo. La de personalidad destacada, que recibió Tinelli, consiste sólo en un diploma de honor que incluye cuatro "rubros": cultura, ciencia, deporte y derechos humanos. El día en que fue tratada la distinción en el recinto estaban presentes 38 de los 60 legisladores. Votaron a favor de Tinelli como personalidad destacada 29 de ellos, se abstuvieron cinco y la rechazaron cuatro: Gustavo Vera (BC), Pablo Ferreyra (SL), Paula Oliveto (CC) y María Rachid (FpV).

La preferencia de los argentinos por los famosos y los deportistas, según la encuesta de GfK Argentina, desnuda el esqueleto sobre el que se sostiene el espíritu emotivo de la sociedad. A todo esto, nobleza obliga: ¿y los periodistas? En la Argentina están en el puesto 18 de las profesiones con mayor confianza social, mientras que en el mundo se ubican en el escalón 22 del ranking.(LANACION)