Julio de 84 años es oriundo de Santiago del Estero y Lila de 87 años oriunda de Tucumán. Con 21 años se conocieron en Luján y desde ese momento están juntos.
Julio tuvo varios trabajos antes de aprender el oficio de las pastas, en el año 70 empezaron a trabajar juntos en la fabricación y en 1982 compraron el actual comercio en el barrio de Colegiales, Buenos Aires, para deleitar a sus clientes con pastas “Conde”. Previo a esto Lila trabajaba en una fábrica que realizaba cinturones y botones, donde entre sus distinguidas clientas estaba “Lolita” Torres.
En diálogo con Gente Necesaria, Julio se refirió al secreto para que toda relación perdure en el tiempo y sus integrantes puedan volverse buenos compañeros como es el caso de ellos por más de 66 años.
“Por esas cosas de la vida conocí a una flor del jardín de la República Argentina, una tucumana. Nos conocimos en Luján, cuando la vi me encantó, la tomé de la mano y nunca más nos separamos”, dijo. Recordó que a los dos años de este primer encuentro se casaron tras que él finalizara el servicio militar y luego
tuvieron dos hijos, licenciados en Informática.
Además de convivir en el hogar, lo hacen en la fábrica de pastas y se han vuelto inseparables. “Algunos días puede haber un poco de fastidio pero llevamos una vida hermosa”, añadió Julio.
En este sentido, Lila señaló que él la ayuda a cocinar, hace la salsa para luego comer la pasta y además colabora con las tareas de limpieza. “De la mano andamos por la vida. Juramos nunca decirnos malas palabras, groserías o faltarnos el respeto”, apuntó.
Dijo que se enamoró de él porque lo vio muy fiel, honesto, respetuoso y con mucha facha. “Es hermoso mi esposo”, añadió.
Nota: Pablo Ferrari
Operador: Gastón Palavecino
Producción: Carolina Chiarotto